Image credits: A Beautiful Mess |
En realidad, no tengo una
despensa como tal (ojalá). Lo que yo llamo despensa es un armario de la cocina
que tengo dedicado a esta función. ¡De momento, me apaño bastante bien así!
El año pasado, tuvimos una plaga
de gorgojos o algo similar en la cocina. Estuvimos fuera de la ciudad unos 3
meses o así, y cuando volvimos…nos encontramos con un sorpresón. Cogimos todo
lo que estuviera abierto (harinas, especias, arroz…) y nos deshicimos de ello. Los
bichos habían entrado por todos sitios, así que empezamos vaciando todo y
limpiando con lejía cada uno de los armarios de la cocina, rociando con insecticida
y volviendo a limpiarlo otra vez.
Generalmente, suelo hacer una
limpieza de la comida de los armarios de vez en cuando para consumir primero
cosas que van a caducar, tirar las que ya estén caducadas y esas cosas. Además,
esta época del año es, por lo menos para mí, la que más me gusta para limpiar
(si es que alguien tiene una estación favorita para hacerlo, vamos). Durante el
invierno me da una pereza terrible, hace frío y encima tengo que limpiar
probablemente de noche, y durante el verano hace demasiado calor para preocuparme
por que los armarios estén sucios.
Lo que suelo hacer para limpiar a
fondo la despensa:
1. Mirar posibles infestaciones: desde nuestra última experiencia, presto especial atención a las harinas,
el arroz, las legumbres o cualquier comida susceptible a poder tener bichitos. Jamás
nos había pasado ni nos ha vuelto a pasar, pero nunca se sabe.
2. Echa un vistazo a las
especias: deberían limpiarse cada año o año y medio. Después
de este tiempo, se suelen secar demasiado y perder su sabor. Generalmente las
especias no son muy caras, así que puedes reemplazarlas fácilmente por unas
nuevas y frescas.
3. Comida caducada: La verdad que suelo almacenar atún en lata, sardinas y tomate en bote en
tales cantidades que parece que me estoy preparando para el apocalipsis. Sólo porque esté en
lata no significa que vaya a durar eternamente. En mi caso, tengo la costumbre
de abrir paquetes de pipas, guardarlos para después y olvidarme para siempre de
ellos. Así que cuidado con acumular miles de paquetes abiertos del año chimpún.
Echa también un ojo a los aceites, que se suelen poner rancios con facilidad.
4. Todo lo que no pertenezca a la
despensa, fuera: Alguna vez me he encontrado trapos de cocina
en el armario donde guardo los aceites y los condimentos. Desorganización total
por mi parte. Estas cosas tienen un lugar específico que probablemente no sea
la despensa, así que fuera de ahí.
5. Comida no deseada: con esto me refiero a ese paquete de patatas con un innovador nuevo sabor
que parecía que iban a estar buenísimas pero que no hay quien las coma. O ese
regalo que te trajo alguien de tu familia y que no quieres probar de ninguna manera.
Dáselo a alguien que creas que le pueda gustar o deshazte de ello.
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