Me gano la vida como arqueóloga
y, aunque la mayor parte del tiempo tengo que trabajar en una oficina haciendo
cosas bastante poco interesantes y aburridas, hay varios meses al año que tengo
que viajar un montón para ir de excavaciones, o ir a algún museo a estudiar material
o al laboratorio a procesar muestras.
A lo largo de los años, estos
viajes me han obligado a mejorar en el arte de hacer maletas y de meter de todo
en poco espacio. Pero, sobre todo he aprendido a no necesitar casi de nada. Cuando
tengo que viajar por trabajo, no puedo llevar mucho equipaje conmigo, así que
siempre me hago la misma pregunta mientras hago la maleta. “¿de verdad esto es
necesario? ¿Podría estar 4 semanas sin esto?"
Cuando voy a una excavación arqueológica,
tengo que ser muy selectiva con la cantidad de cosas que quiero llevar conmigo.
¿Necesito unas planchas para el pelo o un rizador de pestañas? NO. ¿Necesito
accesorios? NO. ¿Necesito crema hidratante con SPF 50? FIJO. Y… ¿necesito
pinzas de depilar? ¡Claro que sí! Últimamente, cuando viajo por placer, hago
exactamente lo mismo. ¡Sólo necesitas pensar y replantearte las cosas antes de
meterlas en el fondo de la maleta antes de llevarte media casa contigo!
Como digo, generalmente viajo
solo con lo esencial, así que para intentar que sea el mejor viaje posible os
cuento mis “obligatorios”, además de ropa, evidentemente (nada del otro mundo,
como podéis ver):
1. Un par de botas.
Indispensable para trabajar.
2. Un buen libro para los
momentos de relax.
3. Móvil, cargador,
adaptador y auriculares. La mayoría del tiempo no tengo internet fuera, pero
por lo menos lo puedo usar para escuchar música o podcast o para hacer unas
fotos rápidas.
4. Cámara Reflex.
¡Para capturar el momento!
5. SPF 50. Incluso
así, a veces me quemo, aunque no soy muy blanca.
6. Lentillas, gafas y
gafas de sol.
7. Un cuaderno para apuntar
los sitios que hemos visto, los major sitios de la ciudad, dónde comer o
simplemente detalles que me hayan gustado y que quiera recordar.
1. Lo
primero y más importante que siempre meto son las medicinas y productos de higiene
íntima que pueda necesitar (antinflamatorios, antihistamínicos, vendas, tiritas,
toallitas desinfectantes, tampones, etc.)
2. Champú sólido, pastilla de jabón y manteca
hidratante para el cuerpo. Lo mejor de llevar productos sólidos es que
evitas la posibilidad de que se salga todo del bote y se te ensucie todo. El
champú y la pastilla de jabón son de LUSH y entre todas las ventajas que tienen
los productos de esta marca, es que duran muchísimo.
3. Un mini kit de costura. A veces, cuando estás lejos de la civilización
y de de verdad que es imposible comprarte otra camiseta, tienes que arreglarla
como sea. Si no sabes coser, no pasa nada, se hace lo que se pueda.
4. Pinzas de delipar y un espejo. Vitales.
No solo para depilarte (obvio), sino para sacarte alguna espina o, en incidencias
reales, sacar cosas chungas como garrapatas.
5. Otros esenciales para mí son el bálsamo
labial, una pequeña esponja, desodorante, un peine y una diadema.
Bueno, pues ya estamos preparados para nuestar siguiente aventura,
¿no? Coge algo de ropa, unos zapatos cómodos ¡y vámonos de excursion!
Xo.
Sara
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